La pareja se casó en Yucatán en 2014 y son padres de dos hijos que llevan sus genes
Juan Manuel Contreras La Jornada Maya
18/06/2022 | Mérida, Yucatán
Especial: Los padres
Un vasto abanico de posibilidades se extiende sobre la mesa cuando hablamos de paternidades; y las familias homoparentales forman parte de él. Pablo y Douglas son un ejemplo de perseverancia, pues tras 20 años de relación lograron convertirse en padres de dos hijos que llevan sus genes. Hoy, luego de un largo camino recorrido, ya planean el tercero.
Pablo Alemán y Douglas Canul tienen 20 años de relación, y fue en 2014 cuando gracias a un amparo pudieron consumar su matrimonio. Fueron la novena pareja en hacerlo en Yucatán.
Al año del casamiento, contó Pablo, indagaron en la medicina reproductiva en aras de tener a su hijo Ramón. Para la pareja fue una sorpresa y el entrevistado reconoció haber sentido tristeza al enterarse de que su hijo fue el primer mexicano nacido mediante fecundación in vitro, en un vientre subrogado.
En esa ocasión usaron el material genético de su esposo y hace un año nació su segunda hija -Teté- de la misma forma. “Esta vez fue con mi material genético. Hace 22 años que vivo con VIH, lavaron mi esperma y lo enviaron a la Ciudad de México para que nazca Teté. Ramoncito tiene seis años y es del material genético de Douglas”, explicó.
Celebró que gracias al procedimiento que llevaron a cabo, ambos infantes poseen características físicas sumamente similares a las del matrimonio. “Hay gente que nos critica por no haber adoptado, pero decidimos hacerlo de este modo a sabiendas de experiencias de otras parejas heterosexuales en Yucatán. Puede llegar a ser muy frustrante (el proceso de adopción)”, lamentó.
En ese sentido, Pablo Alemán recordó que pueden pasar hasta siete años para que las parejas conformadas por un hombre y una mujer puedan adoptar: “imagínate una pareja homosexual, lo que íbamos a tener que pasar”, sentenció.
“La forma más viable era esta. Nosotros siempre tuvimos el anhelo de ser criadores, de ser papás y en México no existe este modelo de paternidad, solo en países como Holanda o Estados Unidos, aquí era algo impensable”, detalló.
Pablo Alemán asegura que ser padre es un oficio de tiempo completo y sostiene que lo será hasta el día de su muerte.
Él y Douglas han enfrentado las mismas situaciones que enfrenta cualquier otra pareja que decide tener descendencia. “Enfrentamos lo mismo que pasa cualquier ser humano. Nos enfrentamos a nuestros niños interiores; recordamos que alguna vez también lo fuimos y lo que pasábamos, la crianza es un trabajo muy demandante, más allá de lo material”, aclaró.
La idea, añadió, es que sean capaces de crecer a su hijo y a su hija de una manera más óptima que la que ellos vivieron en sus infancias.
Superando el odio
La discriminación que sufrió Pablo Alemán durante algún tiempo a razón de su decisión lo orilló a ir a terapia sicológica durante un lapso de tres años.
En tiempos del nacimiento de su primer hijo, recordó, la iglesia católica se dedicó a recaudar firmas en contra del matrimonio igualitario y las familias diversas.
“Para mí era algo caótico y tenía mucho miedo de que vayan a hacer daño. La gente iba a las marchas argumentando que solo existe un tipo de familia, el discurso de la iglesia católica romana”, condenó el progenitor antes de celebrar que hoy en día sean cada vez menos comunes este tipo de expresiones.
Esto, subrayó, continuó, conllevaba una serie de insultos y algunas notas de prensa que si bien, en un momento le hicieron daño, hoy con la frente en alto asegura que las agresiones verbales hacia su familia no le ofenden en lo más mínimo.
Su hijo Ramón nació en 2016; sin embargo, fue hasta 2019 cuando fue posible registrarlo ya que las autoridades yucatecas negaron el procedimiento en dos ocasiones, por lo que tuvo que intervenir la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). “
Todos los magistrados votaron a favor y por unanimidad obligaron a Yucatán a que se registre mi hijo, marcó un precedente. Gracias a Ramón ya se registraron otros menores, incluso en estados vecinos como Quintana Roo”, precisó.
Pablo Alemán desconoce el número de infantes que se han registrado de este modo, pues en su mayoría las parejas homoparentales suelen optar por la adopción. De cualquier forma, la pareja ya planea su tercer hijo.
‘No me veo como padre soltero’
“Cada persona (que desee tener hijos) debe hacer un trabajo de empoderamiento, un trabajo interior para descubrir si es un plan individual o de pareja”, sostuvo.
Según Pablo Alemán, es de suma importancia la crianza en pareja. Acorde a su experiencia, comentó, es más llevadero: “no me veo como padre soltero”.
Asimismo, destacó la importancia de “hacer tribu”. Además de ser papá, Pablo Alemán funge como director de la Red de Personas Afectadas por VIH (Repavih) y en el marco del Mes de la Diversidad Sexual tienen preparadas varias actividades.
El Día del Padre, auguró, “los agarrará” cansados. A pesar de la nutrida lista de actividades que engrosa la agenda de Pablo Alemán y Douglas Canul celebrarán el día, compartió, comiendo pescado en el puerto de Chelem. Es la comida favorita de Ramón y de Teté.
Edición: Estefanía Cardeña
FUENTE DE INFORMACIÓN : La Jornada Maya