Te explicamos si el consumo de vitamina D puede ayudarte a reforzar tu sistema inmunológico a fin de evitar el contagio de COVID-19
Por Mariana Martell
Ante la quinta ola de COVID-19 y la propagación de las subvariantes de ómicron, el doctor Víctor Marín Cantú, especialista en consulta externa y hospitalización, explicó que el consumo de vitamina D es útil para reforzar el sistema inmunológico.
De acuerdo con el estudio “Los pulmones como objetivo de la infección por COVID-19: Mecanismos moleculares protectores comunes de la vitamina D y la melatonina como un nuevo tratamiento sinérgico potencial”, publicado en 2020 por la editorial médica Elsevier, el consumo de esta vitamina tiene efectos antivirales a través de la modulación del sistema inmunitario.
Marín Cantú detalló que “la vitamina D3, Colecalciferol, juega un papel fundamental en el funcionamiento del sistema inmune, el cual nos ayuda a enfrentar infecciones; por lo cual las guías clínicas indican que tomar 4 mil unidades internacionales de vitamina D al día es la cantidad efectiva para corregir la deficiencia de este nutriente y mantener los niveles adecuados en nuestro organismo”.
¿Qué es la vitamina D y por qué puede ayudarnos a evitar el COVID-19?
La vitamina D es un nutriente que interviene en más de dos mil funciones del cuerpo, entre ellas la regulación y el fortalecimiento del sistema inmunológico, por lo que podría ser eficiente para protegernos contra el COVID-19.
Sin embargo, su consumo también podría ayudarnos a tener un mejor estado de salud en caso de adquirir la enfermedad y sobre todo mejorar y acelerar la recuperación y reducir las secuelas a largo plazo.
Cabe destacar que las personas con sobrepeso, obesidad, enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión y quienes no toman sol, son más propensas a tener déficit de vitamina D.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), una de cada tres personas adultas en México tienen deficiencia de vitamina D, y distintos estudios han asociado la deficiencia de este nutriente con un mayor riesgo para adquirir, evolucionar de manera más grave o morir por COVID-19.