Más de 15.000 infecciones de viruela del mono fueron confirmadas en todo el mundo hasta mediados de julio, según datos de la Organización Mundial de la Salud y de los Centros para el Control de las Enfermedades de Estados Unidos.
Thiago, un hombre brasileño que vive en Sao Paulo, Brasil, descubrió que era uno de esos casos después de acudir a un hospital con síntomas como fiebre alta, cansancio, escalofríos y heridas por todo el cuerpo.
Pero sus principales quejas eran dolor, inflamación y quemazón en los genitales, donde aparecieron al menos nueve heridas en la piel.
«Duele y pica mucho», le dice a BBC News Brasil. «Toda la zona está bastante inflamada, a veces parece que esté en llamas».
La viruela del mono la causa un virus de la misma familia que la viruela, pero es mucho menos severa. Puede contagiarse a humanos de un animal infectado, como un mono, una rata o una ardilla.
La transmisión de humano a humano es menos común, pero puede ocurrir cuando una persona está en contacto estrecho con alguien contagiado.
La infección se transmite a través de heridas en la piel, el tracto respiratorio, los ojos y la boca.
Tocar ropa infectada, sábanas o toallas usadas por alquien con una erupción por viruela del mono también puede propagar el virus.
¿Cómo se siente la viruela del mono?
Los síntomas de Thiago empezaron el 10 de julio.
«Primero sentí fuertes escalofríos seguidos de fiebre alta, dolor de cabeza y un malestar general. Se sentía como si todo mi cuerpo estuviera roto», cuenta.
«Creía que podía ser un resfriado o incluso covid-19, pero al día siguiente, mientras me bañaba, noté las primeras heridas en la espalda y el pene».
Desde entonces, Thiago ha detectado heridas en los pies, muslos, brazo, estómago, pecho, cara y genitales.
«Son casi como granos inflamados, dolorosos», dice.
Fue al hospital al tercer día de tener síntomas, después de que un amigo con el que estuvo en contacto una semana antes fue diagnosticado con viruela del mono.
Un análisis de sangre confirmó que tenía el virus. También se hizo pruebas para infecciones de transmisión sexual que resultaron negativas.
«Tardé en ir al hospital porque era casi imposible ponerme la ropa del dolor que sentía. Incluso el viaje en auto hizo que el dolor y la inflamación empeoraran».
En el hospital Thiago cuenta que los médicos le recetaron anti-inflamatorios y calmantes, además de una pomada analgésica, que le ha aliviado la sensación de quemazón.
«La pomada ayuda, pero después de cuatro horas se pasa el efeccto y vuelve el dolor», añade.
Él y su amigo no han salido de Brasil en los últimos meses.
«En cuanto salí del hospital, llamé a amigos con los que había estado en contacto los días previos e informé del diagnóstico a los vecinos», señala.
Estigma
Además del dolor y la picazón, Thiago dice que pasó momentos difíciles en el hospital.
«No me explicaron cómo limpiar las heridas, cuánto tiempo estaría enfermo o cuándo podía salir del aislamiento. Tuve que buscar toda esta información en internet o preguntar a amigos médicos», cuenta.
«No hay una zona especial para personas con viruela del mono. Los pacientes con la enfermedad entran y se mueven libremente en el hospital. No sentí que estuvieran preparados«, agrega.
También menciona un tratamiento «brusco e irrespetuoso» de doctores y enfermeros.
«Alla dónde fui en el hospital me preguntaron si era VIH positivo o si tenía otras enfermedades de transmisión sexual.
«Sentí el estigma que se asocia con esta enfermedad cuando entré en el hospital», indica Thiago, en alusión al vínculo de personas de la comunidad LGBTQ con el brote actual.
Según la OMS, se han identificado casos en hombres que tienen sexo con hombres.
La organización advierte, sin embargo, que cualquiera puede contagiarse si entra en contacto con alguien infectado.
La Agencia de Seguridad Sanitaria de Reino Unido dijo que una «proporción notable» de los casos recientes en ese país y en Europa se han dado en hombres homosexuales y bisexuales, por lo que les piden «prestar atención a los síntomas y buscar ayuda si están preocupados».
Sobre la viruela del mono
La viruela del mono se suele dar en África central y occdental, y más específicamente en zonas de bosques pluviales.
En la densamente boscosa República Democrática del Congo, se reportaron 1.200 casos y 57 muertes este año hasta el 1 de mayo, según datos de la OMS.
Se conocen dos cepas principales del virus -la de África occidental y la de África central- y es la más leve de ellas, la occidental, la que circula por otras regiones del mundo.
Un número inusualmente alto de personas se han contagiado fuera de África sin haber viajado a la región, lo que indica que el virus se está propagando más allá del continente.
Las autoridades sanitarias recomiendan a todos los que estén preocupados que se pongan en contacto con su clínica local de salud sexual, pero que llamen o envíen un correo antes de ir en persona.
También aconsejan a los contagiados que no tengan relaciones sexuales mientras tengan síntomas y que usen preservativo durante ocho semanas después de la infección, como precaución.
La mayoría de los casos son leves, a veces semejantes a la varicela, y se superan en unas semanas.
No obstante, la viruela del mono puede ser a veces más graves. Todas las muertes registradas hasta ahora por la OMS ocurrieron en países africanos.
Después del contagio, los primeros síntomas suelen tardar entre 5 y 21 días en aparecer.
Puede surgir un sarpullido, normalmente en la cara para expandirse a otras partes del cuerpo, especialmente las manos y las plantas de los pies.
El sarpullido, que a menudo es irritante y doloroso, cambia y atraviesa distintas etapas, de forma similar a la varicela, antes de formar una costra que posteriormente se cae.
La infección suele terminar después de 14 a 21 días.