El drama y la adrenalina de ganar en el último minuto es un sello que puede distinguir al conjunto merengue, pero también es un riesgo innecesario por lo que ha mostrado en la temporada.
MADRID — Muchos madridistas se preguntan a estas alturas de temporada, primero, por qué el Real Madrid sufre tanto para ganar los partidos y, segundo, si ese sufrimiento es evitable cerrando los partidos antes para evitar más agobios.
A los blancos no se les puede achacar nada. Campeones de LaLiga y clasificados para la final de la Champions League tras haber ganado la Supercopa de España. A nivel resultadista, a los de Ancelotti no se les puede poner ni un pero. Sin embargo, y más allá del fondo, la forma en la que el Madrid ha conseguido sus logros tiene que ser distinta el próximo año si es que no quiere sustos entre su afición. Aunque la mayoría disfrute esos dramas y remontadas épicas.
En LaLiga, el Madrid ha remontado al Celta de Vigo, al Valencia, a la Real Sociedad y dos veces al Sevilla. Por su parte, en Champions League, ha ocurrido lo mismo con el Paris Saint-Germain. La eliminatoria contra el Chelsea se consiguió rebasar sin remontada en el último partido como tal, pero sí a nivel global, al recortar el 0 a 3 con el que Timo Werner puso a los Blues en ventaja en el Bernabéu. La semifinal no estuvo exenta de drama, pues hasta el minuto 89 del juego de vuelta perdía 3-5 ante el Manchester City, pero con un cierre epíco, consiguió dar la vuelta para obtener su boleto para enfrentar en París al Liverpool.
El principal motivo de las remontadas siempre son los despistes individuales. Al menos, en su amplia mayoría. La falta de concentración en tramos importantes de los partidos han provocado un desgaste innecesario que, en condiciones normales, el Madrid tendría que evitar.
Con esto no decimos que el Madrid tenga que ganarlo todo, o que los blancos no disfruten el gustoso aroma de ganar remontando. Pero sí que es cierto que, como una fuente del club desliza a ESPN, “vamos tan al límite que un día nos la vamos a pegar”.
En las remontadas hay dos factores clave: el gen ganador y la preparación física. En el primer aspecto, el Madrid tiene ventaja sobre cualquier otro club. Esa mentalidad de ganar “hasta el final”, es un eslogan que la casa blanca ha labrado a lo largo de las décadas y una exigencia tanto interna como externa. El resultadismo tan criticado desde otras latitudes es lo que ha catapultado al Madrid a ser el equipo con más Champions League de la historia.
En cuanto a la preparación física, el papel de Antonio Pintus, el ideólogo de todo, ha sido crucial. Principalmente por haber situado el pico de forma madridista en el último tercio de la competición. Tras el parón de Navidad, los jugadores bajaron sus prestaciones después de una primera vuelta fantástica, pero una vez superada esa etapa de bajón, el equipo ha retomado rápidamente sus buenas sensaciones para cerrar la temporada de la mejor manera posible.
Con el ADN madridista y esa preparación “made in Pintus”, el equipo no tira la toalla cuando las cosas van mal y aguanta hasta el final presionando al rival como nadie lo hace.
Una remontada puede ser casualidad, pero tantas… El Madrid es un equipo distinto y con un espíritu que no tiene igual en el futbol europeo. El equipo de Florentino Pérez nunca arroja la toalla e intenta ganar sea quien sea el rival. Lo único que piden desde el club es algo más de tranquilidad para las próximas fechas porque, de lo contrario, con tantas remontadas alguno va a necesitar asistencia sanitaria para superar tantas emociones.