Por MARCIA DUNN
CABO CAÑAVERAL, Florida, EE.UU. (AP) — La NASA canceló el lunes el lanzamiento de su nuevo cohete lunar en su vuelo de debut con tres maniquíes de prueba a bordo, después de un aluvión de problemas de última hora que culminó en dificultades inexplicables relacionadas con un motor.
El próximo intento de lanzamiento no se realizaría antes del viernes y podría retrasarse hasta mediados de septiembre o después.
La misión representa el primer vuelo del proyecto Artemisa de la NASA, que pretende llevar astronautas de vuelta a la Luna por primera vez desde que el programa Apolo terminó hace 50 años.
A medida que pasaban minutos valiosos el lunes por la mañana, la NASA comenzó y suspendió repetidamente el suministro de combustible del cohete del Sistema de Lanzamiento Espacial debido a una fuga de hidrógeno, y finalmente logró reducir la filtración. La fuga se presentó en el mismo lugar en que se registró una filtración durante un ensayo general a principios de año.
El abastecimiento de combustible ya se había retrasado casi una hora debido a tormentas eléctricas cerca del Centro Espacial Kennedy de Florida.
Luego, la NASA enfrentó nuevos problemas al no poder enfriar adecuadamente uno de los cuatro motores principales del cohete, explicaron funcionarios. Los ingenieros batallaban para identificar el origen del problema mucho tiempo después de que se anunció la postergación del lanzamiento.
El director de la misión, Mike Sarafin, dijo que la falla no parecía estar en el motor en sí, sino en la tubería que lo conecta.
Para complicar las cosas, mientras los ingenieros trataban de solucionar ese problema en la plataforma de lanzamiento, se presentó otra fuga de hidrógeno que involucraba una válvula de ventilación más arriba en el cohete, añadió Sarafin.
“Esta es una máquina muy complicada, un sistema muy complicado, y todas esas cosas tienen que funcionar”, comentó el administrador de la NASA, Bill Nelson.
Refiriéndose a los retrasos en el lanzamiento, dijo que “es solo parte del negocio espacial y es parte de un vuelo de prueba”.
Cuando despegue, el cohete impulsará una cápsula para tripulación hasta ponerla en órbita alrededor de la Luna. La misión, de seis semanas de duración, debe terminar con el regreso de la cápsula a la Tierra.
El cohete de 98 metros (322 pies) es el más potente que haya construido la NASA, incluso más que el Saturn V que llevó astronautas a la Luna hace medio siglo.
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