Un estudio encuentra que los niveles bajos se asocian con volúmenes cerebrales menores y un mayor riesgo de demencia y accidente cerebrovascular
La vitamina D es un nutriente fundamental para la salud. Junto con el calcio, contribuye a prevenir la osteoporosis y es indispensable para que el sistema inmunitario pueda combatir las bacterias y los virus que lo atacan, apuntan los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés).
Los niveles necesarios dependen de la edad. Por ejemplo, la cantidad promedio diaria recomendada en microgramos (mcg) y unidades internacionales (UI) para adultos mayores de 19 años es de 15 mcg (600 UI). Estar por debajo de los umbrales marcados por las autoridades sanitarias supone una serie de complicaciones. En el caso de adolescentes y adultos, la deficiencia de vitamina D causa osteomalacia, un trastorno que causa dolores en los huesos y debilidad muscular.
Ahora, una investigación genética liderada por la Universidad de Australia del Sur (UniSA) muestra un vínculo directo entre la demencia y la falta de vitamina D.
Frenar el deterioro de vitamina D
Al investigar la asociación entre la vitamina D, las características de neuroimagen y el riesgo de demencia y accidente cerebrovascular, el estudio encontró que los niveles bajos de vitamina D se asociaron con volúmenes cerebrales más bajos y un mayor riesgo de demencia y accidente cerebrovascular. Los análisis genéticos, señalan los autores, respaldaron un efecto causal de la deficiencia de vitamina D y la demencia.
Con el apoyo del Consejo Nacional de Investigación Médica y de Salud, el estudio genético analizó datos de 294.514 participantes del Biobanco del Reino Unido y examinó el impacto de los niveles bajos de vitamina D (25 nmol/L) y el riesgo de demencia y accidente cerebrovascular. La aleatorización mendeliana (RM) no lineal, un método que utiliza la variación medida en los genes para examinar el efecto causal de una exposición modificable en la enfermedad, se utilizó para probar la causalidad subyacente de los resultados de las neuroimágenes, la demencia y el accidente cerebrovascular.
“Nuestro estudio es el primero en examinar el efecto de niveles muy bajos de vitamina D sobre los riesgos de demencia y accidente cerebrovascular, utilizando análisis genéticos sólidos en una gran población”, señala la investigadora principal y directora del Centro Australiano para la Salud de Precisión de UniSA, la profesora Elina Hyppönen.
Hyppönen destaca que, en algunos contextos, donde la deficiencia de vitamina D es relativamente común, los hallazgos “tienen implicaciones importantes para los riesgos de demencia”. De hecho, en esta población del Reino Unido se observó que hasta el 17 % de los casos de demencia “podrían haberse evitado aumentando los niveles de vitamina D para que estuvieran dentro de un rango normal”.
Avance de la demencia
La demencia es un síndrome que implica el deterioro de la memoria, el intelecto, el comportamiento y la capacidad para realizar actividades de la vida diaria. Según cálculos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la demencia afecta a nivel mundial a unos cincuenta millones de personas y cada año se registran cerca de diez millones de nuevos casos.
“La demencia es una enfermedad progresiva y debilitante que puede devastar tanto a individuos como a familias. Si somos capaces de cambiar esta realidad asegurándonos de que ninguno de nosotros tenga una deficiencia grave de vitamina D, también tendría más beneficios y podríamos cambiar la salud y el bienestar de miles de personas», concluye Hyppönen.