Ozempic, cuyo compuesto activo es la semaglutida, se ha revelado como una herramienta efectiva en la lucha contra la obesidad, aunque no está exento de controversias.
Sergio Parra NATIONAL GEOGRAPHIC
En el último año, Ozempic, un medicamento desarrollado por la empresa farmacéutica danesa Novo Nordisk en 2012, ha protagonizados titulares a nivel global. Y es que este medicamento, cuyo componente activo es la semaglutida, se ha revelado como una herramienta efectiva en la lucha contra la obesidad, aunque inicialmente fue desarrollado para tratar la diabetes tipo 2.
ASÍ FUNCIONA OZEMPIC
La semaglutida estimula la liberación de insulina por el páncreas, una hormona crucial para reducir los niveles de glucosa en la sangre. Además, fomenta el crecimiento de las células beta pancreáticas, que son las responsables de la producción y liberación de insulina.
La semaglutida también inhibe la producción de glucagón, una hormona que promueve la liberación de carbohidratos almacenados en el hígado y la síntesis de nueva glucosa, contribuyendo así a la regulación de los niveles de glucosa en la sangre. Por último, reduce la ingesta de alimentos al disminuir el apetito y ralentizar la digestión en el estómago, lo que a su vez ayuda a reducir la grasa corporal.
Además, la semaglutida ha mostrado ser capaz de reducir el riesgo de graves problemas cardiovasculares, un descubrimiento que los especialistas han celebrado como un avance revolucionario en el tratamiento de la obesidad.
En términos de eficacia, la semaglutida ha mostrado resultados prometedores en ensayos clínicos. Por ejemplo, en un ensayo de fase III, los adultos tratados con semaglutida experimentaron una reducción media del 14.9% en el peso corporal a las 68 semanas, en comparación con una reducción del 2.4% en el grupo placebo, lo que representa una diferencia de tratamiento estimada del 12.4%.
OTROS MEDICAMENTOS SIMILARES
La semaglutida no es el único medicamento que ha mostrado promesas en este campo. Tirzepatide es otro fármaco que, en ensayos clínicos, ha demostrado una capacidad notable para reducir el peso, en algunos casos hasta un promedio del 21% del peso corporal de los participantes.
Existen otros medicamentos que comparten similitudes con Ozempic, tanto en su mecanismo de acción como en sus aplicaciones para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y la gestión del peso:
- Wegovy (semaglutida): Es una versión de dosis más alta de Ozempic aprobada para la pérdida de peso en adultos y adolescentes de 12 años o más.
- Mounjaro (tirzepatide): Es otra opción inyectable para el tratamiento de la diabetes tipo 2.
- Metformina: Este es un medicamento oral que también se utiliza para tratar la diabetes tipo 2, aunque su mecanismo de acción difiere del de Ozempic.
- Trulicity (dulaglutida): Al igual que Ozempic, Trulicity es un agonista del receptor de péptido similar al glucagón-1 (GLP-1) utilizado para el tratamiento de la diabetes tipo 2.
- Rybelsus (semaglutida): Rybelsus es una forma oral de semaglutida, el mismo compuesto activo en Ozempic, y se utiliza para gestionar los niveles de azúcar en sangre en adultos con diabetes tipo 2.
- Victoza (liraglutida): Similar a Ozempic, Victoza es otro agonista del receptor de GLP-1 utilizado para el tratamiento de la diabetes tipo 2.
EFECTOS SECUNDARIOS
Si bien la llegada de medicamentos que imitan el ejercicio físico para favorecer la pérdida de peso aún está en el horizonte, Ozempic se ha consolidado como una opción eficaz para combatir la obesidad. Sin embargo, no está exento de controversias, dado que no está indicado para este fin y su uso podría conllevar efectos secundarios no deseados.
Se ha prestado especial atención a los problemas gastrointestinales y la pérdida de masa muscular asociados con estos fármacos. Algunos hallazgos sobre estos aspectos se compartieron recientemente, alimentando el debate sobre los beneficios y riesgos de estos tratamientos emergentes.
¿CAMBIO EN LOS HÁBITOS DE CONSUMO?
Sin embargo, la popularidad de Ozempic ha generado situaciones inesperadas, y esto no ha hecho más que empezar, porque según un dossier publicado por Axios, los analistas, estrategas y asociados de Morgan Stanley calculan que a lo largo de la próxima década el 7% de la población estadounidense podría estar ingiriendo fármacos para la obesidad.
Por el momento, en Estados Unidos, donde este medicamento es accesible en farmacias y supermercados como Walmart, ha observado un cambio en los hábitos de compra de las personas que adquirían semaglutida, tras realizar una investigación. Descubrieron que quienes compraban Ozempic reducían la cantidad de calorías y el número total de productos que adquirían en sus visitas al supermercado.
Esto podría acabar pasando en otros supermercados e incluso en restaurantes de comida rápida. Sencillamente porque la gente que consume este medicamento comerá menos alimentos calóricos. Todavía es pronto para calcular los efectos reales en el consumo que producirán estos medicamentos, pero la industria no está dejando de monitorizar, como es el caso de Walmart, cualquier cambio en los hábitos.